Astrología y fe
“Ay de vosotros, los legistas, que os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que querían entrar se lo habéis impedido” San Lucas 11,52.
Jesús fue un agudo observador de las conductas mezquinas del hombre y, tal vez, el egoísmo que más nos afecta es el del conocimiento que no se comparte, ya que serían muchos los errores que no se cometerían si tuviéramos la necesaria información al momento de tomar nuestras decisiones o iniciamos alguna acción. Ser conscientes de las cosas es una notable diferencia y necesidad, pero también es una pesada responsabilidad porque al ser conscientes del efecto que nuestras palabras y acciones tienen sobre los demás, quedamos obligados a pensar mejor lo que decimos y hacemos. Pero si no hay quien nos enseñe y transmita el conocimiento que precisamos o lo mantiene para sí con la secreta intensión de permanecer aventajado respecto de nosotros, cómo podremos avanzar en la dirección correcta? El conocimiento astrológico, sin ser la respuesta a todas nuestras interrogantes, es capaz de ampliar nuestros horizontes y darnos la perspectiva para entender integralmente el panorama de nuestras vidas. Adentrarse en el estudio de la astrología sin prejuicios y con la mente abierta, es un valioso comienzo cuando intentamos entender nuestra esencia y motivaciones personales.
Como el ejercicio de la astrología no es ni podría llegar a considerarse algún tipo de fe o credo particular, cuesta concebir los problemas que aún existen para armonizar la práctica de la astrología con la de cualquier religión. La astrología es considerada una útil herramienta, y ninguna herramienta puede ser más que el maestro que la manipula. El instrumento en sí es muy eficaz y sirve para muchas cosas, pero sin las manos del experto es sólo un objeto inanimado, más aún, si el maestro no crea la herramienta, ésta nunca podría existir. Lo mismo sucede con la astrología en relación a Dios, sea cual sea la religión desde donde se lo adore, la astrología siempre será sólo uno de los instrumentos que utiliza para llegar al hombre y llevarlo por el camino que más le conviene. No podemos olvidar que en el mismo nacimiento de Jesús, tres reyes magos, que eran astrólogos, fueron a adorarlo y a reconocerlo como el Hijo de Dios, lo que deja muy claro la posición de la astrología desde el principio. Este punto es especialmente relevante porque uno de los mayores problemas que hay para conciliar astrología y fe es la errada creencia de que la astrología niega la existencia de Dios porque al poder determinar las tendencias futuras de una persona, en teoría estaría anulando el poder de Dios sobre los hombres. Pero recordando que muchos de los avances científicos logrados sólo el último siglo han demostrado que aquellos fenómenos físicos que antes se creían una directa manifestación divina, y ahora se entiende qué los causa, aún no se considera que Dios haya disminuido su poder. Lo que podría haber disminuido es la fe del hombre, pero eso tiene más que ver con el estilo de vida acelerado y cómodo de los tiempos modernos, más que con los descubrimientos científicos, criterio que también debería aplicarse cuando se considera la relación entre fe y astrología. Acaso la existencia de los profetas del Antiguo Testamento fueron una negación de Dios, no fue por voluntad divina que esos profetas advirtieron a los hombre las cosas que sucederían si seguían determinado camino? Pienso que no nos corresponde a nosotros asignar o determinar los medios que Dios elige para prevenirnos ni mucho menos censurarlos si esos medios no nos gustan o no concuerdan con la forma en que creemos que esto debe ser hecho, lo que me parece algo extremadamente pretencioso. Tal vez, para la época que vivieron los profetas, sus profecías eran la manera que el hombre tenía más a mano para adelantarse a los hechos, quizá en aquellos tiempos la forma de vida, mucho menos agitada, les facilitaba encontrar la paz interior que se requiere para llegar a los estados de conciencia que permiten ver lo que está por venir, quien sabe. Pero pensar que Dios debe seguir haciendo las cosas de una determinada forma o valiéndose siempre del mismo medio usado en el pasado, eso sí es disminuir su poder y limitarlo a lo que nuestra pequeña inteligencia es capaz de aceptar. Por qué rechazar la idea que la astrología puede ser un método más del que Dios se vale para advertirnos lo que necesitamos saber?, más que mal, ya se valió de ella para resaltar el nacimiento de Su Hijo, siendo de sus practicantes (reyes magos) de quienes recibió sus primeras y únicas ofrendas.
Otro juicio que afecta a la relación entre astrología y fe es la libertad que Dios le entregó al hombre desde el principio de los tiempos, y equivocadamente de nuevo, se cree que el libre albedrío no tiene nada que ver con la práctica astrológica, sin embargo, la base de esta sabiduría es justamente la libertad del individuo, incluso cuando se estudian los tránsitos y las progresiones que son las técnicas empleadas para proyectar las tendencias futuras, la persona es quien decide qué terminará haciendo frente a una determinada influencia planetaria y con qué actitud recibirá dicha experiencia, siempre es su elección.
Personalmente pienso que el cuestionamiento debe ir dirigido, más bien, hacia las personas que practican la astrología, porque es un hecho conocido que en todo campo del saber, científico o no, siempre hay individuos inconscientes que, haciendo uso del conocimiento adquirido, intentan sacar provecho personal sin preocuparse del daño que pudieran causar a quienes depositan en ellos su confianza y, por supuesto, la astrología no iba a ser la excepción, pero este asunto ya no tiene que ver con un problema de incompatibilidad entre fe y astrología.