Comienza el 2018, ¿qué nos puede anticipar la Astrología?
Si la Numerología nos dice que el 2018 es un año de vibración 11, es decir, que es tiempo para “vernos a nosotros mismos” y, desde esa comprensión, tomar importantes decisiones en nuestra vida, la Astrología nos revela que durante este año, las energías estarán enfocadas en trabajar lo femenino y lo masculino, tanto en un nivel interno como externo. El “vernos a nosotros mismos” pasará por comprender que estamos conformados de energía femenina y masculina (yin y yang – Sol y Luna) y que llegó el momento de terminar de sanarlas y reconciliarlas para que comencemos a expresarlas unidas y en plena complementación, por nuestro propio bien y crecimiento.
La carta astral del 2018 marca dos temas principales que deberemos trabajar, vuelvo a decir, en un plano interno y externo a la vez. El más fácil, o que se dará de forma espontánea y fluida, será el trabajo con la energía masculina, porque empezaremos a actuar desde una toma de consciencia de lo importante que es el amor propio, no desde el ego, sino desde la real comprensión de que amarnos, aceptarnos y valorarnos por ser simplemente quienes somos, sin metas, expectativas ni competencias, es lo más importante, y a su vez, este entendimiento nos pedirá asumir mayor responsabilidad sobre la realidad que hemos creado para nosotros mismos y de cómo podemos mejorarla.
En general, la función de la energía masculina es la que nos motiva e impulsa a salir al mundo exterior, participar en la sociedad y producir efectos en ella a partir de lo que somos o creemos ser, sin embargo, esta participación ahora comenzará a cambiar a medida que vayamos comprendiendo, desde el amor por nosotros mismos, quienes somos realmente. Plutón activará una potente transformación hacia la integración y el empoderamiento de la energía masculina (tanto en los hombres como en el lado masculino de las mujeres), mientras que Saturno nos pedirá actuar con mayor responsabilidad y consciencia desde la experiencia y sabiduría que hemos alcanzado, tanto individual como colectivamente. Durante el 2018 veremos cómo el poder del amor nos transforma y nos vuelve más empáticos y responsables con nosotros mismos.
Este año veremos cómo desde nuestro lado masculino y también los hombres (que son representantes de la energía masculina), comenzamos a actuar y tomar decisiones (Marte) con más sentido y profundidad, porque nuestras creencias (Júpiter) estarán en plena transformación, aquello en lo que creíamos ya cumplió su ciclo y debe ser eliminado para dejar espacio a las nuevas creencias que entrarán en nuestra visión de la vida. Neptuno será relevante en todo este proceso, porque aportará la compasión, empatía y sensibilidad por nosotros mismos para que volvamos a conectarnos con nuestro mundo interior (lado femenino) y los planos superiores, que en estos momentos nos están guiando a través de lo que nosotros llamamos intuición, percepciones o voz interior.
En cuanto a lo que tendremos que trabajar con la energía femenina, el 2018 nos pedirá enfocarnos en las heridas que aún pudiéramos tener y que fueron causadas por los rechazos, desconfianzas y miedos, tanto hacia nosotras mismas como en la relación con la energía masculina (los hombres). Este año, las energías planetarias nos pedirán ejercitar conscientemente nuestra voluntad para terminar de cerrar definitivamente esas heridas, pero eso sólo será posible si enfrentamos el miedo que nos provoca volver a mirarlas. De lo contrario, seguirán supurando y alargaremos innecesariamente el dolor que nos provocan.
En general, la función de la energía femenina es la que nos invita a entrar en nuestro mundo interior, nos hace sentir lo que somos y crear vida desde nuestro creativo mundo emocional, y este año las mujeres (que somos representantes de la energía femenina), y los hombres, desde su lado femenino, tendremos el desafío de mirar hacia nuestro interior para identificar esas heridas.
Sin embargo, la carta del 2018 nos da pistas: la mayor herida está en nuestra sensibilidad, compasión y empatía, en nuestra capacidad para conectarnos y percibir desde lo emocional (no racional ni tangible), algo que nos hace sentir vulnerables. Esta sensibilidad y amor compasivo, primero lo tenemos que aprender a sentir por nosotros mismos, deberemos aprender a relacionarnos con nosotros desde el amor. Nuestro mayor reto será dejar de resistir u obstaculizar la inundación emocional que experimentaremos una vez decidamos volver a incorporar toda la riqueza y vida de nuestro mundo emocional sin miedos a desbordarnos.
Y el miedo a esta posible inundación emocional, es el otro tema que la energía femenina deberá trabajar este 2018. Estas inseguridades nacen de los estándares sociales aceptados y las estructuras colectivas que se impusieron durante cientos de años y dejaron su sello en el inconsciente colectivo. Ahora es el tiempo de tomar consciencia (Sol) y también sentir (Luna) lo castrador que ha sido vivir según estándares ajenos que nada tienen que ver con el Ser que somos. Por eso la importancia de atrevernos a terminar de sanar e incorporar tanto nuestro lado femenino como masculino y comenzar a expresarlos de manera integrada.
En resumidas cuentas, este 2018 empieza el tiempo para Ser, simplemente Ser, sanando, reconciliando y uniendo a nuestros lados femeninos y masculinos (en lo interno) y las mujeres y los hombres (en lo externo). es tiempo para priorizar el Amor, el amor propio, desde la aceptación amorosa de quienes realmente somos!
LA LUNA LLENA EN CÁNCER DEL 1 DE ENERO
La confirmación de que el 2018 será un año para sanar, reconciliar y volver a unir lo femenino y lo masculino (interna y externamente), lo patenta la hermosa Luna Llena en Cáncer que tendrá lugar durante las últimas horas del 1 de enero, agregando un potente puntapié inicial a este trabajo colectivo e individual.
Esta Luna Llena formará parte de una poco común Configuración Cometa, llamada así porque se ve como un volantín. Esta configuración planetaria une a todas las energías involucradas a través de armónicos y fluidos aspectos de trinos y sextiles en signos de Agua, lo que refuerza la incorporación del mundo emocional, la sensibilidad y la intuición.
Estamos frente a la representación de lo femenino enfrentando o mirándose con lo masculino para que finalmente entiendan que cada uno sólo es la mitad del Todo y que ambos cumplen una función única e invaluable para que exista vida y evolución (en lo materia y lo espiritual, en lo interno y lo externo). Este punto de plenitud masculino-femenino se dará acompañado por auspiciosas energías que apoyarán este importante proceso.
Estarán involucrados Marte conjunto a Júpiter, Venus, Plutón y Neptuno. Cada uno aportará sus dones para facilitar esta reconciliación e integración. Marte nos avisará que es tiempo de ser valientes para comenzar a tomar decisiones y emprender acciones que nos llevarán en la dirección requerida, Júpiter contribuirá con su visión expansiva y más profunda para comprender el por qué y para qué de estas determinaciones basadas en una evidente transformación de nuestras creencias. Por su parte, Venus dirigirá la orquesta ubicándose al lado del Sol para que no perdamos de vista que todo esto se trata de aprender a amarnos a nosotros mismos (con valor y sentido), mientras Plutón introduce su poderosa energía recordándonos que lo que terminó, terminó y punto, y ahora debemos empezar de cero, si es necesario, para lograr nuestra integración y empoderamiento real. A este importante proceso, Neptuno agrega la imprescindible conexión que necesitamos con los planos superiores y nuestra propia intuición (que no es otra cosa que nuestro Ser Superior guiándonos), para que decidamos, comprendamos, amemos, cambiemos y nos empoderemos desde una relación más amorosa con nosotros mismos y la comprensión de que todos somos Uno y que, al final, nuestra transformación no sólo nos favorece a nosotros sino a todos con los que estamos intangiblemente conectados, es decir, a nosotros como humanidad!