Los tránsitos y las 4 crisis del amor para el 2015

 In Relaciones

Sabemos que, tarde o temprano, todas las parejas pasan por alguna crisis a medida que sus integrantes se desarrollan, maduran y finalmente cambian, activando procesos naturales que forman parte de las relaciones humanas de todo tipo. Sin embargo, no todos conocen los tipos de crisis que se pueden experimentar ni cuántas clases hay. La astrología puede orientarnos al respecto y explicarnos cómo reconocerlas, qué esperar ellas y qué tipo de lección sacar de cada experiencia. Para plantearlo de manera sencilla, desde el punto de vista de la astrología, cada crisis amorosa tiene su origen o se activa con el tránsito de alguno de los planetas lentos por sobre puntos sensibles de la carta astral de cualquiera de los integrantes de una relación. La particular energía de cada uno de estos planetas marca ese período según avanza y moviliza el proceso de crecimiento y cambio que le corresponde, y acciona las lecciones que deben ser entendidas y asimiladas, ya sea en lo personal o como pareja. A continuación se presenta una recopilación de cada crisis, según el planeta que la activa, y las enseñanzas que dejan para la pareja o el individuo que las experimenta así como para su concepto del amor.

Las crisis determinadas por Saturno

La energía de Saturno constantemente pone a prueba, examina y da lecciones. Su objetivo es comprobar la solidez y resistencia de la relación, y para eso utiliza la frustración, la negación, el distanciamiento, los aislamientos, la desconfianza, el control y las trabas de todo tipo. Esta crisis es de lento desarrollo creando un pesado, distante o sombrío ambiente alrededor de la pareja y dura entre algunos meses hasta alrededor de un año, pero cuando termina, la pareja, si aún permanece junta, habrá ganado en madurez, fortaleza e importantes lecciones de convivencia y respeto mutuo fortaleciendo la relación y haciendo que ambos se sientan más seguros dentro de ella. El origen de los problemas es el miedo y la inseguridad que siente una de las partes por los sentimientos o valoración que recibe del otro. Uno de ellos comienza a sentir miedo de no ser lo suficientemente querido o valorado por el otro, y teme un abandono o rechazo. Si quien sufre estas inseguridades posee el carácter más fuerte en la relación, comenzará con expresiones de desconfianza, control y negación de las libertades del otro provocando un lento quiebre en la relación. Pero si quien siente la duda es de carácter más sensible, se observarán distanciamientos, aislamientos o dolorosas frustraciones generando una punzante enemistad entre ambos. La energía de Saturno se mueve en el mundo de lo concreto, por lo que no son crisis que puedan ser ignoradas esperando que pase el tránsito, porque si lo hacen así, excusándose en obligaciones y compromisos, al final se quedarán con la envoltura vacía de un matrimonio o con una relación superficial y sin vida interna, y los miedos que no fueron enfrentados en su momento, los encadenarán e impedirán que se liberen de tan lamentable relación.

Lección: aceptar y enfrentar los miedos e inseguridades que dañan la relación.

Las crisis determinadas por Urano

La energía de Urano genera crisis de muy rápido desarrollo que sorprende y tensiona no sólo a la pareja sino a su entorno inmediato. El propósito de Urano es liberar a los individuos y a la relación de las limitaciones y presiones que la sociedad impone al amor y dar la oportunidad a sus integrantes de establecer una relación verdadera y motivada sólo por el deseo de compartir sus sentimientos y objetivos comunes sin someterse a obligaciones y responsabilidades que ahogan la relación y anulan a sus integrantes. Habitualmente se manifiesta a través de situaciones inesperadas que llegan a desestabilizar la relación y la rutina compartida o por decisiones sorpresivas que uno de los miembros toma sin previo aviso, y pueden ir desde irse de la casa rompiendo la relación hasta iniciar proyectos personales que afectan a la pareja pero sin considerarla, etc., ya que existe la angustiosa necesidad de volver a sentirse vivo y estimulado por dentro, por eso, lo normal es que Urano introduzca situaciones que dejan a los involucrados sin saber bien cómo reaccionar ante el nuevo escenario. Las crisis de Urano se prolongan de un año a no más de un año y medio desde que inician hasta que las tensiones que provocan se vuelven a calmar. Como es una energía mental, muchos de los conflictos que genera son por diferencias de enfoque, opinión o expectativas sobre proyectos o objetivos, además uno de los dos comienza a sentir que su libertad de acción o espacio vital están siendo invadidos, controlados o restringidos sofocándolo, hasta que decide romper lo que siente como cadenas que lo atan y niegan su capacidad para elegir libremente. Generalmente la ruptura se da cuando uno de los dos intenta controlar en exceso al otro por temor a perderlo o a que tome decisiones que puedan afectar la relación, la ironía es, que es justamente esa actitud la que termina provocando aquello que intentaba evitar, ya que presiona demasiado al otro.

Lección: reconocer las libertades individuales y respetar la independencia de la pareja.

Las crisis determinadas por Neptuno

Por su particular naturaleza, Neptuno genera las crisis más confusas, difíciles de individualizar y desconcertantes que se puedan experimentar. Provoca conflictos que no tienen una causa bien determinada y sus efectos tampoco son fáciles de especificar, excepto cuando el alcohol, las drogas o cualquier otra forma de evasión queda de manifiesto en uno de sus integrantes, introduciendo un componente de dolor, sacrificio y lenta disolución de la relación que exige algún tipo de renuncia o pérdida, ya sea material o emocional. Por lo complejo del proceso que activa este tránsito, esta crisis puede durar desde un año y medio hasta dos años y medio para comenzar a perder fuerza luego, pero mientras dura, la confusión y poca claridad mental del individuo puede impedir que entienda la situación en la que se encuentra. Una de sus características es el desgaste psicológico y emocional de sus componentes, y un lento deterioro de la relación porque sus integrantes quedan atrapados en una dinámica de víctima-salvador que obliga a uno de ellos intentar, por todos los medios, rescatar o apoyar al otro por algún tipo de dependencia o adicción en la que haya caído por sus debilidades emocionales no resueltas que lo hacen necesitar desesperadamente que sea el otro quien lo auxilie, sea el fuerte, el responsable o el confiable de la relación ya que no se siente psicológica o emocionalmente fuerte. Uno de los dos se vuelve extremadamente dependiente del otro y muy hábil para manipularlo, absorbiendo su tiempo, amor y energía hasta que el otro finalmente debe decidir entre renunciar por el bien de los dos y de la relación, que a esa altura se ha vuelto personalmente desintegradora o decidir hacer un gran sacrificio por su pareja y dedicarse a apoyarlo y sacarlo adelante tomando fuerzas de flaquezas simplemente por el amor que los une. Es importante tener presente que esta crisis no siempre nace de la dependencia de alguna sustancia adictiva, ya que otras tantas veces, el problema es aún menos obvio que eso y deriva de profundos conflictos emocionales no resueltos por alguno de los integrantes de la relación, aunque tiende a manifestarse del mismo modo, vale decir, volviéndose muy dependiente, absorbente y manipulador para mantener al otro siempre a su lado y pendiente suyo.

Lección: reconocer los momentos de sacrificio y los de renuncia por el bien de ambos.

Las crisis determinadas por Plutón

Debido a la intensidad de su naturaleza, este planeta revela las crisis más destructivas y violentas, porque son muy dañinas en lo emocional y en lo psicológico. El propósito de este doloroso tránsito es enfrentar a la pareja o a uno de sus integrantes con el lado más oscuro de la naturaleza humana y enseñarle que efectivamente “hay amores que matan”, y aunque la muerte a la que hace alusión básicamente es psicológica o emocional, situaciones extremas y poco frecuentes donde las cosas se salen de control no son descartables. Pero lo habitual es que sus integrantes deban lidiar con emociones tan fuertes como los celos, el odio, la venganza, el resentimiento, la envidia, la manipulación, el control, la intriga, la suspicacia, etc. Cuando Plutón activa una crisis amorosa podemos estar seguros que la relación necesita un cambio radical y profundo y, si logra sobrevivir a todo, renacerá casi como si fuera una nueva y revitalizada relación con un mayor grado de madurez, compromiso mutuo y penetración para comprender y aceptar las necesidades y motivaciones del otro de mejor manera, sin embargo, antes de lograr tan seductor premio, la pareja debe bajar al infierno y vivir intensas situaciones emocionales que pueden desgarrarlos en lo más profundo y provocar radicales cambios sobre qué es lo que están dispuestos a dar y recibir en el amor o en las relaciones amorosas en general. Su enfoque sobre qué es y qué esperar del amor cambia sin vuelta atrás, por eso se lo considera un proceso de muerte y renacimiento. Por lo increíblemente profundo que trabaja este tránsito, su duración puede ir desde dos años y medio hasta cinco años antes que la intensidad y el dolor de los acontecimientos vividos comiencen a calmarse y sanar, pero es importante tener presente que la gran mayoría de las emociones que salen a la luz durante esta dolorosa crisis tienen su origen en emociones reprimidas o experiencias no elaboradas de muchos años, y es ahora, cuando Plutón las expone, que tienen la oportunidad de ser reconocidas y comprendidas para finalmente liberar a la persona o a la pareja de ellas.

Lección: reconocer el potencial destructivo de las luchas de poder y sexo en las relaciones.

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