¿Que significa tener un planeta retrógrado en la carta natal?
Cuando un planeta está en su fase retrógrada, su energía, y todo lo que representa, se vuelve hacia ATRÁS y hacia ADENTRO, maneja mirando por el retrovisor. Por lo mismo, un planeta natal retrógrado avisa que nació mirando hacia el pasado y funcionando según cómo manifestaba su energía antes del nacimiento, y también vuelca su atención hacia dentro, hacia cómo nos sentíamos internamente en ese pasado, siempre según lo que representa el planeta.
Es más fácil entender la energía de un planeta natal retrógrado si se la considera desde un enfoque espiritual o de crecimiento interno, porque su energía funciona mejor cuando se la dirige hacia dentro y hacia atrás, lo que implica re-hacer, re-considerar o re-pensar la forma cómo manifestamos lo que representa ese planeta natal retrógrado. Debido a esto, esa energía no suele encontrar una salida fácil hacia el exterior, porque desde el nacimiento, su dirección quedó ajustada para dirigirse hacia el interior.
Cuando no somos conscientes de esto, nos esforzamos por manifestar su energía en el mundo exterior, pero esas experiencias externas no guardan relación con el verdadero trabajo para nuestra alma respecto de esa energía planetaria ni de nuestro crecimiento personal. Por eso, en una primera etapa de la vida, puede ser difícil relacionarnos con un planeta natal retrógrado de nuestra carta.
Veamos un ejemplo:
Con Marte natal retrógrado, la fuerza y autoafirmación que representa está inhibida, la valentía o capacidad para enfrentar y decidir se reduce, el miedo a luchar o a la violencia se percibe, etc. Es como si nos incomodara usar su energía, la tenemos, pero la ignoramos o la moderamos. Esto es porque, en nuestro inconsciente, nuestra alma guarda el recuerdo de que en otras vidas obtuvo resultados indeseados al expresar desequilibradamente lo que representa la energía de Marte. Esto es así, por lo menos en una primera etapa, porque a medida que desarrollamos consciencia, vamos cambiando esta tendencia.
QUÉ INFORMACIÓN ENTREGA UN PLANETA NATAL RETRÓGRADO
Estudiando los planetas natales retrógrados que tenemos en nuestra carta, podemos identificar patrones o tendencias que establecimos en otras vidas. Según el planeta, podemos determinar los asuntos desequilibrados o mal elaborados que acarreamos del pasado. Esto es una ventaja, porque ahora tenemos otra oportunidad para corregir ese desequilibrio energético y volver a armonizarlo. En términos generales, un planeta natal retrógrado puede ser analizado desde tres ángulos: 1) el tema desequilibrado o sin resolver que traemos de otras vidas, 2) el rasgo de personalidad que ese desequilibrio nos lleva a expresar y 3) los cambios internos que nos conviene trabajar en esta vida para reestablecer el equilibrio perdido de esa energía planetaria.
FUNCIÓN DE UN PLANETA NATAL RETRÓGRADO
- Según los temas que representa el planeta natal retrógrado, nos hacen mirar hacia nuestro interior, mirar las causas, y no los efectos. No es para sacarlo al mundo, sino para identificarlo y resolverlo internamente. Nos lleva a conectarnos y a actuar desde nuestro centro, para comprendernos profundamente y, desde ahí, ser más auténticos y seguros.
- Avisa que necesitamos trabajar, sanar y reequilibrar algo sobre su energía, algo que quedó pendiente por entender correctamente, antes de que podamos expresarlo armónicamente.
- Nos fuerza a desarrollar voluntad para pararnos por nosotros mismos y ampliar nuestra visión de esas partes que debemos volver a mirar y atender. La energía invertida de un planeta natal retrógrado es una virtud, porque apoya el crecimiento de nuestra alma al llevarnos a mirar lo que necesitamos recuperar.
- Desde un enfoque psicológico, crea una suerte de burbuja aislante que protege esa energía de la influencia externa, ya sea de la sociedad o la familia, permitiéndonos desarrollar nuestra propia versión de cómo expresar esa energía. De esta forma, podemos establecer y desarrollar nuestra propia experiencia y expresión de lo que representa ese planeta.
Veamos un ejemplo para este caso:
Con Mercurio, nuestra comunicación no es con el medio, sino con nosotros mismos. Nos inclinamos a reflexionar y analizar la información que recibimos, más que a compartirla con los demás, así desarrollamos una forma de pensar distinta a los criterios generales. En este ejemplo, podemos encontrar a las personas que suelen hablar solas, porque están descubriendo cómo piensan, cómo razonan, cómo aprenden y socializan.
CÓMO TRABAJAR CON UN PLANETA NATAL RETRÓGRADO
Reequilibrar
Siempre hay que recordar que un planeta natal retrógrado ya viene de otras vidas con una importante carga energética mal distribuida. En términos simples, estos planetas nos muestran en qué temas nos desequilibramos, por haber hecho un uso excesivo de dicha energía o, simplemente, por no haberla expresado para nada. En esta encarnación, debemos volver a armonizar su energía para manifestarla de forma correcta e íntegra, pero ese trabajo siempre es de dentro hacia afuera y desde el pasado hacia el futuro que en adelante podemos co-crear.
Paciencia y trabajo interno
Las experiencias de los planetas natales retrógrados suelen desarrollarse más lento de lo habitual, obligándonos a poner atención, por un período de tiempo más prolongado, a lo que nos sucede con los asuntos de ese planeta, en cómo los vivimos, los patrones que repetimos y cómo sentimos esas experiencias, tanto a nivel interno como proyectado en el exterior.
Cuando aceptamos el trabajo de rectificación que está pendiente, accedemos a una mejor comprensión de lo que nos toca hacer. Resolvemos una deuda que teníamos con nosotros mismos y nos desapegamos de la compulsión de seguir manifestando ese desequilibrio, lo que nos libera del patrón que nos trajimos del pasado.
MERCURIO
Lo que traemos de otras vidas, es un desequilibrio en la comunicación. Habló más de la cuenta, dijo lo que no debía, equivocó los datos o, por el contrario, calló cuando debió hablar u omitió y ocultó información relevante, porque la tensión nerviosa hizo que su interacción con el medio fuera poco informada, superficial o reactiva. Su dispersión mental evitó que cultivara un buen discernimiento y pensamiento lógico, prefiriendo la manipulación informativa y el chisme.
Como rasgo de personalidad en esta vida, presenta una mente contemplativa, introspectiva, poco práctica y auto analítica repasando los eventos pasados. Exhibe distracción y desconexión de los demás y de los pormenores cotidianos externos, se muestra retraído al comunicarse, por lo que prefiere estar solo o tiene el hábito de hablar solo. Le cuesta transmitir sus ideas, porque siente que no lo comprenden, le cuesta establecer vínculos y relajarse.
Lo que debemos desarrollar en esta vida, es precisión al hablar, centrando la atención mental en la realidad presente, disciplinar la mente, reconocer cuándo hablar y cuándo callar, evitando mostrarse exigente, menos si es por trivialidades. Limitar la crítica para no cansar a los demás y calmar la mente para alcanzar una mejor comunicación. Aprender a discernir, ser más objetivo e imparcial con sus ideas y con la opinión de los demás. Soltar el pasado y dejar de compararlo constantemente con el presente.
VENUS
Lo que traemos de otras vidas, es un desequilibrio de amor. Centró su amor en sí mismo y desarrolló una conducta narcisista, o lo centró en los demás, postergándose y dañando su sentido de valía y amor propio. Al centrar su amor en otros, buscó su aprobación evitando ser auténtico. Se volvió indeciso y dependiente, se acomodó al gusto, necesidad o criterio de otros. Pero si se amó en demasía a sí mismo, usó su encanto o belleza para seducir y manipular en favor de sus intereses. Mostró vanidad y actuó con frivolidad y de manera hipócrita, según qué le conviniera en sus relaciones o en las distintas situaciones.
Como rasgo de personalidad en esta vida, por su baja autoestima, actúa según lo que percibe que los demás esperan. Vida interna solitaria, es tímido e inseguro, le incomoda la sociedad y evita los juegos sociales, porque no los entiende. No es demostrativo en el amor, le cuesta expresar sus afectos. En el otro extremo, sólo reconoce y valora sus sentimientos y necesidades dentro de la relación, por lo mismo, imagina las relaciones de una manera, pero consigue algo distinto a lo que espera, precisamente por su ceguera en “ver” al otro. Se mantiene enamorado mucho tiempo después de que la relación termina.
Lo que debemos desarrollar en esta vida, vínculos respetuosos, amorosos y justos con los demás. Cultivar el correcto sentido de lo que es “equitativo y armonioso” para ambas partes, lo que exige reordenar su escala de valores, reconocer lo valioso que ambos aportan, no juzgar a los demás sólo desde “lo que me gusta o no me gusta” de ellos. Valorarnos en la justa medida y disfrutar de nosotros mismos, libre de la búsqueda de aprobación o validación para así establecer vínculos sanos y disfrutar de ellos sin expectativas.
MARTE
Lo que traemos de otras vidas, es un desequilibrio de fuerza de voluntad. Se la usó mucho o no se la usó. Usó su fuerza para imponerse desde una conducta egoísta; priorizó los deseos personales. Actuó por impaciencia e impulso creando un clima de permanente confrontación. Buscó la inmediata satisfacción de sus deseos. Por el contrario, pudo haber elegido no actuar cuando debió hacerlo, para no perjudicar sus intereses egoístas, y esa falta de decisión perjudicó a otros que contaban con su decisión e intervención. Sugiere que en momentos claves, no actuó, no defendió, no decidió o no mostró valor ni confianza para resolver situaciones que representaban desafíos.
Como rasgo de personalidad en esta vida, presenta conflictos con su energía y voluntad. La urgencia por priorizarse y satisfacer sus deseos está invertida o deformada. Se inhibe fácilmente y no actúa. Dificultad para definir sus intereses, tener iniciativas o tomar decisiones claras, por temor a exponer lo que desea. Por esto, puede haber ira reprimida o explosiva, un comportamiento pasivo-agresivo que provoca a otros y altera los ánimos, y luego se siente víctima del enojo que movilizó. Fuertes inhibiciones o compulsiones sexuales alternadamente que suprime su gratificación sexual por vagas sensaciones de estar equivocado.
Lo que debemos desarrollar en esta vida, ser consciente del efecto que las acciones y decisiones personales tienen sobre los demás, usar la fuerza de voluntad de manera enfocada y confiar en su capacidad ejecutora moderando los medios que utiliza. Si se filtra una conducta imprudente o desconsiderada, debe disciplinar y encauzar su voluntad y energía hacia emprendimientos e intereses personales que también beneficien a otros. Expresar su capacidad de liderazgo con estrategia para alcanzar sus metas sin agredir, intimidar o pasar a llevar a nadie en el proceso.
JÚPITER
Lo que traemos de otras vidas, es un desequilibrio de juicio. Creencias intolerantes, sin discernimiento ni reflexión para entender la vida. Se experimentó un trasfondo social muy sesgado, donde la posición social, la riqueza o las creencias religiosas y morales eran determinantes, se sermoneó y se exigió a otros llevar vidas virtuosas, pero excluyéndose a sí mismo. Falta de criterio para juzgar a otros y una deficiente comprensión del espíritu de la Ley. Desde una arrogante ignorancia y dogmas rígidos, consideró su moralidad superior y se excedió en muchos aspectos.
Como rasgo de personalidad, es muy filosófico, abstraído y se guía a sí mismo. Experimenta un gradual alejamiento de las creencias y los valores familiares. Desarrolla paz interior, porque le da poca importancia a las formas y valores sociales cuestionando sus propias motivaciones. Revisa constantemente sus verdades internas, evalúa sus prioridades y el sentido que le da a sus experiencias. La dificultad para mejorar su vida, nace de la ocasional pérdida de sentido que le dificulta encontrar las respuestas a sus preguntas existenciales.
Lo que debemos desarrollar en esta vida, es criterio propio, en vez de aceptar las creencias de otros sin analizarlas. Dejar de seguir a otros ni esperar ser seguido. Desarrollar espiritualidad y moral firme, aplicar el criterio correcto y no juzgar, entendiendo que las creencias personales no son verdades absolutas, sino sólo opiniones, y aceptar que las creencias de los demás son tan válidas como las propias. Expresar su visión de la vida desde una mente expandida basada en el autoconocimiento, y descubrir que su mayor expansión y abundancia está dentro de sí mismo.
SATURNO
Lo que traemos de otras vidas, es un desequilibrio de autoridad, por haber asumido la responsabilidad y el control de todo y todos, o por haber eludido esa situación constantemente. Por inseguridad personal a ejercer autoridad, hubo negligencia y caos, falta de compromiso y preparación para el esfuerzo y las exigencias que exige ser autoridad. Ocultó sus miedos al fracaso, con distancia y actitudes severas buscando tener todo bajo control, pero mostrando falta de humanidad o compasión. Sintió soledad o aislamiento en cargos de autoridad.
Como rasgo de personalidad, muestra madurez y sabiduría a temprana edad, es exigente consigo mismo, es un solitario. Expresa fuerza interior, paciencia, algo de rigidez o negatividad, pero posee ambición interna y perseverancia, aunque duda ser capaz de triunfar. Se toma en serio completar todo lo que inicia y responder a sus compromisos y obligaciones, es prudente, conservador y se siente agradecido de lo que logra. Según el trabajo de reequilibrio pendiente, el inicio de esta vida puede ser algo restrictiva y limitadora.
Lo que debemos desarrollar en esta vida, es desarrollar autoridad personal y conectar con el Padre Interno y su natural sentido de responsabilidad. Por lo mismo, la figura paterna puede estar ausente o ser poco confiable, lo que fuerza a buscarlo a nivel interno. Debe reconocer las inseguridades que inhiben el deseo de asumir sus responsabilidades o sentir más confianza al poner límites claros y sanos. Distinguir los compromisos que merecen su atención, pero sin auto exigencias ni culpas, y asumir la responsabilidad por las decisiones que va tomando y la vida que esas decisiones van creando.
URANO
Lo que traemos de otras vidas, es un desequilibrio de libertad. Se actúo indiscriminadamente o no pudo experimentar la libertad. Se emancipó, mostró una conducta rebelde, errática o imprevisible generando inestabilidad y tensiones en su entorno inmediato o comunidad. Por otro lado, pudo carecer de libertad para actuar y expresarse de manera espontánea (sirviente, esclavo o conquistado). Las veces que actuó con libertad, movilizó la condena de autoridades controladoras, su participación en grupos o comunidades le exigió renunciar a pensar con libertad.
Como rasgo de personalidad, es un pensador independiente con intuición desarrollada, es sensible al tema “libertad”. Parece convencional y expresa una obediencia forzada, pero internamente es un espíritu libre que posee un alto nivel de innovación haciendo cambios rápidos para seguir su visión interna. Se siente diferente, pero no tiene claro en qué, por lo que no sabe defender su autenticidad. Desea expresar sus talentos especiales, pero a la vez los teme y teme expresar su naturaleza diferente.
Lo que debemos desarrollar en esta vida, es reconocer la importancia de defender la autonomía para expresar quién somos, sentir comodidad al ejercer la libertad personal, pero considerando la responsabilidad de cómo ella afecta al medio y a otros. Ejercer su independencia y estilo diferente, pero de la manera correcta y respetando el estilo de los demás. Entender que ser diferente y original es un don, y no motivo para ser condenado. Descubrir el valor de formar parte de grupos y entender que ello no implica tener que perder la libertad
NEPTUNO
Lo que nos traemos de otras vidas, es un desequilibrio espiritual. Su espiritualidad (facultades psíquicas, compasión, intuición, imaginación, conexiones superiores) se usó con un alto grado de ignorancia y deseos de manipular o, por temor, se alejó de cualquier desarrollo espiritual y lo tuvo paz. Su ilimitada creatividad le otorgó éxitos, pero por falta de sentido práctico los perdió. Con sentimentalismos e ilusiones se engañó y engañó a otros al no ponerse límites ni reconocer lo real y de la fantasía.
Como rasgo de personalidad, posee una psique sensible y un rico mundo interior que no comparte con otros, o que ignora, necesita retirarse del mundo. Le cuesta relacionarse con sus facultades superiores por temor o desconfianza. Dispersión oculta que, de alguna forma, desintegra su confianza o equilibrio interior, puede vivir en un mundo de ilusiones que no calzan con su realidad actual. Pródiga creatividad e imaginación, pero le cuesta concretar cosas con ella.
Lo que debemos desarrollar en esta vida, es distinguir la realidad de la fantasía, disciplinar la mente para discernir los sueños en los que vale enfocarse y comprometerse. Sobrellevar la confusión que surge por tener facultades que perminten percibir otras realidades o dimensiones. Entender que las desilusiones enseñan a reconocer lo que es real y valioso, y las pérdidas, a soltar con amor y gratitud. Aprender a valorar y canalizar su gran sensibilidad e imaginación para ayudar a otros sin manipularlos en el proceso.
PLUTÓN
Lo que nos traemos de otras vidas, es un desequilibrio de poder, la experiencia de usar o abusar del poder. Experimentó el efecto constructivo y destructivo de tener poder o moverse en círculos de poder. Vivió la oscuridad, para descubrir la luz. Sufrió o generó pérdidas económicas que reprogramaron su concepto sobre el dinero. Usó el poder del sexo, la magia negra o del crimen para asegurar el logro de sus deseos. Por el contrario, pudo experimentar una total falta de poder por un humillante sometimiento o por sentirse impotente e incapaz de asegurar su supervivencia o la de otras personas.
Como rasgo de personalidad, experimenta intensas compulsiones internas, tendencias explosivas o autodestructivas, porque dirige su potente energía hacia su interior. Evita las luchas de poder, es impenetrable y un superviviente, desconfía de exponer sus sentimientos, porque cuida su intenso mundo emocional, pero suele desconectarse de él. Es valiente, concentrado y resistente bajo presión, se transforma a sí mismo sin apoyos. Respeta el poder de su sexualidad y la intensidad que vive en sus relaciones.
Lo que debemos desarrollar en esta vida, es una sana relación con nuestro poder personal y su capacidad para eliminar o transformar lo que nos impide la evolución. Abandonar la “torre” emocional que nos separa de la vida y el amor. Descubrir el valor de las crisis como catalizadoras de regeneración y superación, reconocer que posee el poder y la fuerza de voluntad para cambiar su realidad y la de otros de maneras constructivas. Canalizar el poder de su sexualidad para elevar su mundo espiritual a través de su kundalini.
QUIRÓN
Lo que traemos de otras vidas, es un desequilibrio en la conexión con la naturaleza. Se desarrollaron conocimientos medicinales naturales, que pudo usar con egoísmo o su relación con la naturaleza fue poco compasiva, causándole mucho daño. Por el contrario, pudo mantener un sano y directo contacto con la naturaleza, pero por miedo al juicio, se alejó de la sociedad evitando ayudar a otros a través de sus terapias, porque sus habilidades terapéuticas lo hicieron sentir inadecuado o rechazado por la comunidad.
Como rasgo de personalidad, expresa heridas o áreas vulnerables que sabe intuitivamente cómo sanar convirtiendo ese dolor interno en sabiduría. Es su propio sanador y maestro, siente conexión con la naturaleza y la medicina natural, pero por inseguridad, puede ignorar sus habilidades sanadoras y no aceptar ciertas partes de su propia naturaleza. Internamente es un terapeuta con una herencia ancestral y desea compartir sus conocimientos, pero le cuesta confiar en su validez.
Lo que debemos desarrollar en esta vida, el reconocimiento de sus heridas para sanarlas a buen tiempo guiado por su propia sabiduría. Dejar de rechazar su propia naturaleza instintiva y honrarla, y entender que cada dolor que reconoce y atiende, lo vuelve un mejor guía o sanador para sí y otros. Descubrir el efecto renovador que tiene estar en estrecho contacto con la naturaleza, respetarla y escucharla. Entender que quien lo haya rechazado, sólo dejó en evidencia sus propias heridas e incapacidad para aceptarse.